Cuando estoy que me corto las venas, hay mil canciones que me alientan. Cuando estoy que salto en una pata, hay cien canciones que me empujan. Y cuando mi vida se desmorona irremediablemente y caen mis hechos sobre mí, esta noche no encuentro una sola canción que me pueda sostener.
Abriendo el music files paso un tema, paso el otro, y así rastreando las carpetas multimedios en su extensión, desde la carpeta mas aniquiladora hasta la más suave canción, me doy cuenta que los auriculares penden vanos de mis oídos, porque no hay canción que calce, no hay canción que ensalce, no hay canción que levante, no hay canción que corte las venas ni que ate, ni que ría ni que llore…
Una noche vacía, la más vacía de todas, porque mis mil canciones quedan mudas. Solo el silencio, un silencio muy grande, sin canción. Un silencio que deseo se rompa con una sola palabra, con un susurro que me diga que mi canción solo esta componiéndose, solo esta inspirándose.
Las canciones nacen, alivian, pero también se esconden tras algunos silencios.
ResponderEliminarPero siempre vuelven, para llenar el alma de nuevo de susurros dulces y sentimientos tiernos.
Es cuestión de melodías...
Besiños!